La última edición del WPGC Bike Fest organizada por el IDBL (International Drag Bike League) siempre será recordada por un momento conmovedor de casi tragedia. Un piloto enormemente popular y exitoso hace estallar su Suzuki GSX-R 1300 Hayabusa en llamas durante un burnout (quemar rueda) que organizaron en la calle.
Los espectadores, como pueden, apagan las llamas a base de agua. Buen susto se llevaron, sobre todo el dueño de la moto, que la veía arder sin poder hacer nada. Es lo malo de no tener un extintor cerca. La próxima vez se lo pensará bastante.
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