¿Quien dijo que el tuning era exclusivo de los nuevos modelos? ¿Que las viejas glorias solo servian para remodelarlas, buscar sus piezas por los desguaces de motos y volver a dejarla como salida de fábrica para luego dejarla en el garage como una reliquia más del pasado?.
Eso no es lo que pensó el propietario de esta Suzuki GSX-R 1100 1990, más bien se dijo: Renovarse o morir!!!. Un basculante más amplio, llantas exclusivas, escape de trompeta (más bien trompetón porque esa boca y esa salida tiene que ser tremenda cuando ruge) y una botella de NOS bajo el asiento, por si acaso.
Terminando esta maravilla con una decoración muy diferente a la original, obsequiándolo con un nuevo look más tuning, acorde a los tiempos y que la vuelven a colocar en el punto de mira de los peatones. Realmente bonita.